Mujer y discapacidad: salarios bajos
Según un estudio elaborado por el Grupo Social ONCE, las mujeres con discapacidad son el colectivo peor remunerado. En España, las mujeres con discapacidad se enfrentan a una doble desigualdad a la hora de acceder y participar en el mercado laboral: por una parte, la provocada por la discapacidad y, por otra, la provocada por la cuestión del género. El efecto de ambas desigualdades limita su contribución plena a la generación de las rentas del trabajo y supone un importante coste de oportunidad para el desarrollo económico del país.
En concreto, según el último informe del clúster ClosinGap -que analiza la brecha de género en la discapacidad y que ha sido elaborado por el Grupo Social ONCE en colaboración con Afi e Ilunion-, la mayor inclusión de las mujeres con discapacidad en el mercado laboral supondría un incremento de casi 7.300 millones de euros en el PIB español (el equivalente al 0,6% del PIB de 2019). Esta cifra representa el 40% de los 18.800 millones de euros (el 1,5% del PIB) que sumaría la economía española cada año de producirse una mayor inclusión laboral de las personas con discapacidad en general.
Adicionalmente, la elevada parcialidad en los contratos de las mujeres con discapacidad que han logrado acceder a empleo supone un coste de oportunidad para el PIB español que supera los 1.000 millones de euros anuales. A esta cantidad se podrían sumar un impacto económico adicional de casi 700 millones de euros, si desapareciera la brecha salarial entre hombres y mujeres con discapacidad (y que ascendería a 3.400 millones de euros si se igualaran los salarios de las personas con discapacidad al de los hombres sin discapacidad -el colectivo con el salario más elevado-).
En definitiva, si se eliminaran las actuales desigualdades que impiden que las mujeres con discapacidad participen más y mejor en el mercado laboral español, la economía generaría casi 9.000 millones de euros de riqueza adicional al año.
La discapacidad, principal obstáculo en el acceso al empleo
El informe de ClosinGap es un estudio pionero, ya que por primera vez contrasta las realidades de mujeres con y sin discapacidad, así como de hombres y mujeres con y sin discapacidad, lo que permite observar cómo las desigualdades de género se suman a las desigualdades que sufren las personas -hombres y mujeres- con discapacidad.
Del estudio y comparación de las tasas de actividad y ocupación se observa cómo las personas con discapacidad presentan una menor participación en el mercado laboral, independientemente del sexo, y por ello, también presentan menores tasas de ocupación que las personas sin discapacidad. Los datos sugieren que la brecha en las tasas de actividad y ocupación depende más de la condición de discapacidad que de la condición de mujer.
En los últimos cinco años, además, se observa que, mientras ha aumentado el porcentaje de personas sin discapacidad en edad de trabajar que efectivamente trabajan, la tasa de ocupación de las personas con discapacidad se ha mantenido constante en torno al 25%, independientemente del sexo.
Temporalidad, parcialidad y salario: cuestión de género
Una vez dentro del mercado laboral, el informe de ClosinGap analiza las condiciones laborales de las personas ocupadas según la duración del contrato (indefinido o temporal) y la jornada laboral del mismo (completa o parcial). En este caso se observa que las mujeres en ambos colectivos cuentan con más frecuencia con contratos menos estables y se puede afirmar que las desigualdades vienen explicadas por el género, siendo las mujeres con discapacidad las que presentan una tasa de temporalidad y parcialidad más intensas (29,6% y 24,3%, respectivamente).
Por último, el análisis de los salarios medios de las personas ocupadas desvela que las brechas salariales están más condicionadas por el género que por la discapacidad y que las mujeres con discapacidad son el colectivo peor remunerado con un salario medio de 15.014 euros anuales en contrato temporal y de 18.980 euros/año en contrato indefinido. Si las mujeres con discapacidad percibieran el mismo salario que los hombres con discapacidad, esto supondría una ganancia bruta anual adicional de casi 690 millones de euros, equivalente al 0,1% del PIB.
Si se igualara la ganancia de los hombres y mujeres con discapacidad a la de los hombres sin discapacidad (que es la ganancia media más alta de todos los grupos), el impacto económico adicional superaría los 3.400 millones de euros, equivalente al 0,3% del PIB. Y, finalmente, si todos los colectivos igualasen su ganancia anual a la de los hombres sin discapacidad, el impacto potencial de cerrar la brecha salarial por discapacidad y por género se situaría en 54.400 millones de euros al año, el 4,4% del PIB de 2019.
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