La ONCE de Santiago presentó el libro ‘Ocho señales: cuestión de vida o muerte’, de Noelia Míguez y Patricia Calveiro
La Agencia Administrativa de la ONCE en Santiago de Compostela presentó el libro ‘Ocho señales: cuestión de vida o muerte’, de Noelia Míguez Vázquez y Patricia Calveiro Iglesias. Este título, publicado por la editorial Meraki en 2022, fue transcrito a braille y adaptado DAISY por el Servicio Bibliográfico de la ONCE (SBO), dentro del proyecto de fomento de la educación en igualdad y no discriminación.
Además de las autoras, participaron Carmen L. Villalobos Buján, consejera territorial de la ONCE en Galicia, Yolanda Neira Cristobo, psicóloga del Centro de Información á Muller de Boqueixón, y José Luis Mareque Simón, concelleiro de Industria, Turismo e Desenvolvemento Local del mismo Concello.
En primer lugar, Carmen L. Villalobos explicó el funcionamiento del taller de lectura, que se realiza en modalidad mixta (presencial y telemática). Seguidamente, para introducir al público en el contenido y acercar a las personas invitadas a la lectura en audio, reprodujo la nota de contracubierta de la obra objeto de la actividad. (audio de la nota)
Comentó que el SBO publica todos los meses el boletín ‘Más que Libros’ (MQL) y, que, dentro de éste, “hay un apartado especial, Puerta violeta, que trata del tema de las mujeres, de la igualdad, del maltrato…, propuesto y redactado por el Agente de Igualdad de la ONCE en la Comunidad de Madrid, Juan Carlos Villanueva Mateo, que también acudió a esta actividad.
Patricia Calveiro, coautora y periodista de ‘La Voz de Galicia’, intervino refiriéndose al proceso de creación literaria, al verse en la coyuntura de plasmar la reconstrucción de las traumáticas experiencias sufridas por Noelia. Destacó que “fue muy generosa compartiendo esta vivencia, como ayuda, ejemplo y guía para que otras mujeres que sufran las consecuencias de una relación tóxica, sean capaces de reconducir su vida”.
La narración es en primera persona, la cuenta Noelia desde su propia voz, si bien la publicación contiene microrrelatos que transmiten esa situación, esa historia, pero desde otras voces: la de su madre; la de Lari, su mejor amiga; la de un enfermero del 061 que fue a buscarla con la ambulancia el día de los hechos; la de Aroa, policía nacional encargada de su custodia; y la de Yolanda. En definitiva, personas clave en su camino hacia la recuperación.
Noelia, la protagonista, tuvo la capacidad de darle la vuelta y, de un relato tan trágico que le pudo costar la vida, sacar momentos jocosos. Abriéndose en canal, sacó su “humor negro” y llegó a todos los presentes con mucha facilidad.
Complementando a Patricia, expresó literalmente: “Esto del libro fue totalmente casualidad. Yo siempre pensaba que esta historia había que contarla y hacía lo típico en casa, de vez en cuando, escribir en el ordenador cosas de las que me iba acordando, cosas que me parecían interesantes. Pero siempre decía lo típico de: “¿Quién va a querer comprarme un libro a mí? A mí, no me conoce nadie. ¿Y a quien le va a interesar? A nadie”. Hay dos cosas que me gustan en esta vida: una, es comer y me gusta comer de todo, o sea, no me privo de nada; y la segunda, es chillar a los cuatro vientos. Entonces, como estoy viva y puedo contarlo, pues me gusta gritar esto al aire y decir: «Oye, yo me pude salvar. Vamos a intentar que se salven muchas más mujeres». Entonces, una de las veces que grité, grité en un programa de televisión, la entrevista se hizo algo popular y, a través de esa entrevista, contactó conmigo una editorial, esa editorial me juntó con Patricia y, bueno, gracias a eso y a poder gritar, se hizo real lo de poder escribir un libro”.
A continuación, añadió que, “el libro se llama Ocho señales por las 8 puñaladas que yo llevé ese último día”. Y siguió declarando: “Yo era conocida en Galicia por la mujer de Boqueixón que fue acuchillada, pero realmente la gente no sabía lo que había pasado hasta llegar a esas cuchilladas. Todo lo que hubo antes también me iba matando. Por suerte, puedo contar muchos más capítulos en mi vida. ¡Ojalá yo, en su momento, hubiera tenido un libro como éste! ¡Ojalá muchas chicas se den cuenta de que no está bien, que se sientan identificadas con mi realidad y pidan ayuda o sean capaces de salir de esa relación!”.
Noelia aprovechó para contar la anécdota que le ocurrió durante una charla sobre educación afectivo-sexual para prevenir la violencia de género entre los y las adolescentes, impartida en un instituto de Fisterra. A lo largo de la misma, se percató de que había un niño cabizbajo, que no prestaba atención. Sin embargo, al día siguiente, ese mismo niño contactó con ella por redes sociales y le escribió que se encontraba perplejo, porque su madre estaba viviendo esas mismas señales. Un año después fue la madre quien le agradeció haberle ayudado a vivir la vida de verdad. “Los resultados así son los que molan”, aseveraba emocionada.
Pero fue la agresión la que la puso en la tesitura de tomar esa decisión, como continuó diciendo: “La puñalada fue lo mejor que me podía pasar, no me quedó otra que contar la verdad. Me pillaron y, gracias a esas 8 puñaladas, nací otra vez”. Con todo, al salir del hospital, necesitó un tiempo para darse cuenta de que lo que le pasó no era culpa de ella. Era víctima de la manipulación de su novio e interiorizaba que sus actos eran los que provocaban la agresividad en él. “Yo lo perdonaba, porque él iba a ser el único chico del mundo y el único que me iba a querer. Llegué a creer que mis padres no me querían, que mis amigas me tenían envidia y que al único que tenía era a Juan. Las personas de mi entorno no me decían nada, porque, para mí, mi pareja era lo mejor del mundo, y nadie sabía realmente lo que pasaba ahí. Era un trabajo que tenía que hacer yo sola”. De las graves lesiones físicas, tardó dos meses en sanar; las psicológicas, aún están cicatrizando. Incluso, le costó entender que su actual pareja, Pablo, la quería, porque no tenía con ella determinadas actitudes y conductas a las que estaba acostumbrada.
Por último, Noelia afirmó que su protección finaliza en agosto de 2025. “Si quiero otra orden de alejamiento, tengo que volver a denunciar por algo nuevo”. En la época del juicio, ella no estaba psicológicamente al cien por cien, lo que la llevó a no contarle al abogado todo lo ocurrido. Su agresor fue sentenciado por un intento de homicidio; no, por un maltrato continuado. Sólo por algo puntual de una noche. Y, más tarde, absuelto por un brote psicótico, por lo que está cumpliendo condena en un centro psiquiátrico penitenciario para ser tratado de su dolencia mental. “Tengo que estar yo más preocupada que él”, aseguró.
Yolanda, la parte profesional de esta lucha compartida contra la violencia de género, otorgó gran relevancia al conocimiento e identificación de las señales de las que se habla en el libro, por lo que éste resulta una herramienta muy útil. “Su estructura es escalonada: empieza con cosas pequeñas de control, de acaparamiento, de enfado desproporcionado; etc. y acaba con chantajes, amenazas y otras cosas. Otro valor importante es para despertar empatía. Noelia no representa el estereotipo clásico que nos venden de mujer que sufre violencia de género, de mujer sumisa, con poca iniciativa. Cualquier mujer puede ser víctima de violencia de género cuando se topa con un agresor”. Explica que, parte de su trabajo es lograr que las mujeres identifiquen lo que no les gusta del trato de sus parejas, lo que no está bien. Sin embargo, conseguirlo y reconocer que esos comportamientos constituyen violencia de género es un proceso largo”.
Juan Carlos Villanueva, tras sus felicitaciones por la organización del acto y por el enfoque y desarrollo de las intervenciones, destacó que: “Es fundamental que la literatura sea el puente que nos vincule con estas realidades silenciadas y nos ayude a empatizar y desvelar lo que siente una mujer maltratada, al sufrir en su piel y en su alma, día tras día, la forma más extrema de la desigualdad y de la discriminación por razón de género, anulando sus derechos de libertad, respeto y capacidad de decisión”.
Lo que nos gustaría es que la reflexión pausada sobre este tema se extienda al mayor número de gente, que sea un granito de arena para intentar resolver esta lacra de la violencia de género.
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