Orgullosos del pasado, Comprometidos con el presente e Ilusionados por el futuro

75º Aniversario de la actividad educativa de la ONCE en Pontevedra.
Por José Ángel Abraldes , director del CRE

Quizá la existencia en Santiago de Compostela de un colegio previo de ciegos y sordos subvencionado por las diputaciones gallegas; quizá las siempre difíciles comunicaciones entre Galicia y Madrid; quizá la apuesta firme por este proyecto de la mano de sus decididos impulsores gallegos y de la dirección de la ONCE; quizá; ......, fueron causa de que el denominado “Colegio nº 2 de la ONCE” y luego el “Colegio Santiago Apóstol de Pontevedra” fuese su 2ª apuesta educativa tras su centro de Madrid y enraizase en una ciudad de un hermoso rincón de España, que es la capital de las rías baixas, al sur de Galicia y muy próxima a la frontera con Portugal.

Orgullosos del pasado

Sus primitivas instalaciones mejoradas de modo prudente, humilde y persistente gracias al trabajo incansable de la gente de la ONCE; la indiscutible vocación y compromiso de su personal, siempre profesional, innovador y proactivo; el cariño que sus alumnos y entornos le fueron entregando, ..., fueron los pilares para consolidar al centro como uno de los grandes pilares educativos de la ONCE. Así, este centro sin posible alternativa,  fue el único que ofreció estudios de la antigua enseñanza primaria y general básica a los niños ciegos del norte de España durante la segunda mitad del pasado siglo.

En esta escuela de cultura general y artística, de deporte específico y autonomía personal, socialización y solidaridad, también de apego y profundo afecto a la ONCE, fueron muchos los estudiantes que sementaron en sus vidas conocimientos y valores para el ejercicio de su ulterior plena ciudadanía.

Comprometidos con el presente

La década de los años 80 de la pasada centuria, siempre de la mano de su legislación como reflejo de las demandas y conquistas sociales previas, trajo a España importantes avances comunitarios y comenzamos a hablar decididamente de la integración, también en el ámbito de la educación y en favor de los estudiantes ciegos. Ello posibilitaba que un escolar con discapacidad visual pudiese estudiar como un joven más en la escuela de su barrio, caminar diariamente al colegio con sus hermanos y vecinos y no tener que separarse de su familia para recibir educación académica. Ello obligó a que en el Colegio Santiago Apóstol se iniciara una metamorfosis necesaria, al igual que acontecía con sus centros hermanos de Alicante, Barcelona Madrid y Sevilla, para transformarse en centro de recursos educativos  y asumir un régimen de enseñanza basado en multiplicar apoyos y enfoques profesionales diversos, desplazamientos, adaptación de materiales y, especialmente, entendimiento con multitud de docentes que con miedo a su inicial desconocimiento recibían a jóvenes ciegos en sus aulas.

Ilusionados con el futuro

Mucho ha sido el trabajo realizado, en ocasiones sordo y persistente en el día a día, constante como es la talla en piedra del afanado escultor, en unas ocasiones invisible y en otras ocasiones multicolor; pero el camino se fue haciendo y en la actualidad y para el futuro ya no hablaremos de integración, lo aremos de inclusión. Inclusión educativa, social y laboral. Debemos ganar la plena accesibilidad y usabilidad en el campo de las nuevas tecnologías aplicadas a la educación, fomentar el dominio de idiomas, salir fuera de España a completar estudios y experiencias, consolidar el trabajo en red, poner en valor la riqueza que aporta la diversidad, ... y, todo ello, cuidando nuestra esencia de aprendizaje utilizando cuando se requiera el gran aliado en la educación de las personas sin resto visual funcional, que no es otro que el código de lecto-escritura Braille y toda la filosofía que lo acompaña y abriga.

Pretendemos que este 75º aniversario sea un homenaje a la sociedad que apoya a la ONCE, a los trabajadores que han entregado y siguen ofreciendo su esfuerzo y dedicación, a los estudiantes que tanto amor le guardan al recuerdo de su centro, a los escolares y a sus familias que hoy reciben sus servicios, a nuestro sentimiento y compromiso de aprendizaje y mejora continua para alcanzar resultados excelentes y, en especial a la ONCE, como proyecto mágico que día a día renueva su vocación por la autonomía e inclusión social plena de sus Afiliados.

¡Muy feliz 75 cumpleaños para el Proyecto educativo de la ONCE en Pontevedra!