‘Sentir la música’, Curso de Verano del SEC del CRE de la ONCE en Pontevedra

Diseñado para ofrecer una experiencia enriquecedora y accesible, el curso ‘Sentir la música’ ha sido el escenario de un viaje sonoro único que ha abierto las puertas a la exploración y la creación musical sin límites. Dirigido a estudiantes de Galicia y Asturias con discapacidad visual, el curso ha cultivado el amor por la música desde la percusión táctil y la exploración auditiva de instrumentos clásicos y contemporáneos, hasta la danza y las artes performativas como medio de expresión, comunicación y entretenimiento.  Pero también ha potenciado el respeto por las capacidades y logros del alumnado.

El objetivo principal que se persigue desde este Servicio Educativo es fomentar la autonomía personal. Las tareas de vida diaria y los talleres específicos relacionados con la temática elegida cada año actúan como facilitadores, aportándoles conocimiento y estrategias que les motiven para la activación e interconexión en sus centros educativos y en su entorno social.

Este verano, sonaron melodías que dieron voz a la sinfonía de posibilidades que la música ofrece, a través de experiencias sonoras, táctiles y de movimiento corporal. El curso comienza compartiendo los intereses musicales de los jóvenes y, entre cantantes, bandas y canciones más aclamadas, se vota y se eligen aquellas que formaran parte del Karaoke, al tiempo que se analizan los diferentes estilos y autores y se reflexiona sobre sus características musicales y mensajes. 

El coro y el concierto didáctico de la ‘Banda juvenil de música de Salcedo’ muestran las diferentes técnicas vocales y permiten al alumnado, la experimentación con instrumentos musicales de viento, percusión y sintetizadores. Sus manos tocan y exploran liras, flautas traveseras, saxos, baterías, trompetas, tubas... Ambos grupos musicales ponen en valor la importancia del trabajo en equipo.

Un lutier y un gaitero cuentan historias sobre cómo se idearon y construyeron instrumentos tradicionales y como nadie se resistió a la gaita, la trécola o a la carraca, terminó formándose una foliada. En el Taller de Elaboración de Instrumentos rescatamos de la memoria alguno de ellos y fabricamos, con materiales reciclables comunes, un ‘charrasco’, un ‘piano de pulgar’, un ‘tubófono y ‘membranófonos’, para luego hacerlos sonar; ha sido una de las experiencias más emocionantes. 
Además, en el Salón de Actos del CRE sonaron el piano y los violines del Conservatorio Mayeusis y dos alumnas se atrevieron con la técnica del pizzicato.

También las risas y la alegría en las coreografías de los Talleres de Danza hicieron que los jóvenes se dejaran llevar por ritmos de pasodoble y muiñeiras... No importaba si eran expertos o novatos, lo importante era disfrutar y sentir la música en cada paso. Más de lo mismo interpretando ritmos con el cuerpo y con objetos: ¡Qué energía y qué momentos más divertidos!.

Y para el gran cierre, la banda de rock 'The Xame' se despidió con un '¡Hasta el próximo año!' que nos dejó con ganas de más. Sin duda, la mezcla de aprendizaje, emociones y diversión hizo que 'Sentir la Música' fuera una experiencia inolvidable para todos los participantes."